domingo, 30 de octubre de 2011

Para Miguel Hernández Gilabert

Hoy, hace 101 de tu nacimiento en Orihuela, en el seno de una familia humilde. Fuiste pastor desde pequeño, de hecho, a pesar de haber estudiado, tus padres te obligaron a dejar todos los estudios para centrarte en el pastoreo. Aun así, tu curiosidad por los libros te hice empezar a escribir.

Mucha gente creyó en ti, gente como Pablo Neruda se ofrecieron para ayudarte, pues tu talento era increíble, y a tu corta edad, inspirado en Maruja Mallo, escribiste el “Rayo que no cesa”, sin duda, los sonetos que más me han marcado.

Te inspiraron grandes autores, como Miguel de Cervantes, Lope de Vega, y el que más te gustaba, Luís de Góngora. Grandes autores que te convirtieron en lo que eres, otro gran autor.

Fuiste republicano, y eso hizo que te condenaran. Fiel a tu ideología, te mantuviste firme, y aún en el penal seguiste escribiendo. ¡Qué de obras no se pudieron escribir porque tu enfermedad empeoró en aquellos penales!

A pesar de todo, aún te maltratan. Tu legado, tus obras y todo lo que has sido se está maltratando por tu propia familia, los cuales quieren cobrar todo el dinero del mundo en vez de liberar tus obras, de ponerlos en el libre conocimiento de la gente, como tú seguramente hayas querido. Te mereces que tus obras lleguen a todas partes, te mereces que todos te conozcas, porque todas tus obras son magníficas, a pesar de no haber dispuesto de mucho tiempo para escribir.

Es por esto, y por mucho más por lo que te doy las gracias. Tus libros me han mantenido firme en los malos momentos. Eres tú aquella persona en la que me fijaba en los malos momentos, en los momentos en que la sociedad me daba de lado por tener tu misma ideología. Gracias por enseñarme a través de los pocos libros que he tenido el gusto de leer que siempre he de mantenerme firme, en buscar lo positivo. A pesar de que poca gente te conozca, a pesar de que la gente te odio sólo porque les has caído en su examen y no sabían ni quien eras, a pesar de que muy poca gente sepa por lo que está pasando tu memoria, quiero que sepas, aunque jamás vayas a leer estas líneas, aunque muy poca gente vaya a leer esto, quiero decirte, aquí, que eres y siempre serás mi referente, la persona que me gustaría imitar. Para muchos, los héroes son actores, personajes de ficción o deportistas. Para mí, mi héroe eres tú.

Miguel, quiero que sepas que me uno a lo que dijo Pablo Neruda cuando falleciste:

Que sepan los que te mataron que pagarán con sangre.
Que sepan los que te dieron tormento que me verán
un día.
Que sepan los malditos que hoy incluyen tu nombre
en sus libros, los Dámasos, los Gerardos, los hijos
de perra, silenciosos cómplices del verdugo,
que no será borrado tu martirio, y tu muerte
caerá sobre toda su luna de cobardes.
Y a los que te negaron en su laurel podrido,
en tierra americana, el espacio que cubres
con tu fluvial corona de rayo desangrado,
déjame darles yo el desdeñoso olvido
porque a mí me quisieron mutilar con tu ausencia.


Por mucho que Franco haya querido destruirte, por mucho que hayan querido silenciarte, por mucho que cambie la sociedad para dejar tus obras en ridículo, quiero que sepas que siempre estarás en mi memoria.

Muchas gracias por haber escrito todo lo que has escrito. Muchas gracias.



Tu admirador, A. Luque.